Hoy me he levantado, he puesto la radio como cada mañana y he escuchado dos noticias que me han revelado, una vez más, la clase de políticos que tenemos en este país. Por un lado oigo al nuevo alcalde de Barcelona Xavier Trias decir que sería una desgracia tener un familiar seguidor del Espanyol DE BARCELONA y por otro al vicepresidente actual del gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba afirmando que se esforzará en explicar las medidas que tiene pensadas para subsanar el paro galopante que hay en España.
El primero no deja de ser una anécdota, comentario chistoso que cualquiera de nosotros podría hacer y que no va más allá excepto por el hecho de que Xavier Trias lo hizo cuando estaba preparando la campaña para ser alcalde de Barcelona. Como mínimo es una falta de respecto hacia los simpatizantes de un club de Barcelona que se sentirán, una vez más, ninguneados por las autoridades. Cómo me gustaría que el Espanyol llegara a alguna final europea durante el mandato de Xavier Trias, la ganara y entonces el alcalde de Barcelona hiciera lo imposible para salir en la foto, tal y como ya hemos visto hacer patéticamente a los ex-alcaldes socialistas (tengo grabada en mi memoria la imagen de Joan Clos intentando salir en la foto con la Champions que el Barça ganó en el 2006).
El segundo caso es más triste todavía. ¿Cómo puede una persona que lleva en el Gobierno socialista desde el 2006 decir ahora que tiene ideas para rebajar el enorme paro que hay en España sin que en estos 5 años las haya aplicado? Perdón por lo de “triste”, es evidente que el adjetivo se ha quedado corto. Es evidente que al decir esto se está riendo de la población y, concretamente, de los millones de parados que hay en España. Querido Alfredro, coño, aplícalas cuanto antes y deja de tomarnos el pelo. O bien nos estás engañando porque no tienes ni idea de cómo disminuir el paro y no la has tenido en todos estos años de crisis o bien has sido un desgraciado por la mala intención de guardarte tus ideas para cuando fueras candidato a presidente. Personalmente me decanto por la primera, pero ninguna de las dos opciones te deja en buen lugar.
Y nada chic@s, así nos luce el pelo. Esto es lo que tenemos, “para mal o para mal”. Dicen que cada uno tiene lo que se merece pero joder, yo no me siento tan malo como para merecer este tipo de políticos. ¿Y vosotros?
