miércoles, 29 de febrero de 2012

Odisea Jazztel


He sido una víctima más del lamentable servicio de las compañías de telefonía fija y ADSL que hay en este país. Concretamente de Jazztel. Contraté su servicio ADSL y telefonía fija en junio pasado y ya me he dado de baja. Ha funcionado más o menos bien durante este tiempo excepto en un par de ocasiones, la última de las cuales ya ha colmado mi paciencia. Os relato la historia por si a alguien le interesa.

El problema fue que me quedé sin línea de teléfono fijo en casa; el ADSL funcionaba normal pero no el teléfono. Llamo a Jazztel para pasar la incidencia, reviso con ellos todo lo revisable por teléfono, viene un técnico al día siguiente y comprueba que al PTR, efectivamente, no llega teléfono. Me dice de bajar al RITI, que es un aparato que reside en la planta baja de la comunidad y desde allí me llama al móvil, con lo cual parece que hasta el RITI sí llega bien la señal. Me dice que su responsabilidad llega hasta el RITI y que me llamarán de Jazztel para confirmármelo.

No me llaman de Jazztel para nada. Llamo yo de nuevo y me dicen que la incidencia ya está cerrada porque hasta el RITI llega la línea. Que debe haber un problema del RITI a mi casa y que eso es responsabilidad mía o de la comunidad. Evidentemente todas las llamadas las tengo que hacer desde mi móvil ya que el fijo no me funciona con lo cual me están costando un buen dinero porque es de otra operadora.

Pues nada, ya resignado llamo a un técnico privado, le explico el caso y me dice que claramente debería encargarse mi operador, que la ley marca que se deben encargar hasta el PTR. No me cobra nada (ni el desplazamiento) y empiezo mi investigación. Efectivamente veo que la Ley General de Telecomunicaciones (Ley 32/2003) en su Anexo 22 dice: “El punto de terminación de red es aquel en el que terminan las obligaciones de los operadores de redes y servicios y al que, en su caso, pueden conectarse los equipos terminales.” Así que parece que  el técnico lleva razón y decido insistir a Jazztel.

Vuelvo a llamar, abro una nueva incidencia, pido por el supervisor del primer operador que me sale y me asegura que en menos de dos días me llama para indicarme qué ley le permite no dar el servicio hasta el PTR en mi caso que tengo ese RITI en la comunidad. Pero no me llama, así que comienzo a pensar que realmente no quieren solventarme el problema. Me pongo en contacto con la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo y me dicen que envíe una carta certificada y con acuse de recibo a Jazztel con el problema y que si en un mes no me han contestado que podré poner una reclamación a través del mismo ministerio.

Envío la carta, pasa el mes y nadie contacta conmigo desde Jazztel. Me pongo en contacto con el ministerio y me dicen que ya puedo presentar reclamación y que tardan como 6 meses en dar resolución a la misma. Pienso que es demasiado tiempo así que prefiero darme de baja. En el primer intento me pasan con el Departamento de Fidelización y un chico me hace explicarle el problema, me dice que él y su responsable piensan que llevo razón y que le deje dos días para solucionármelo. Como soy un inocente se los dejo y estoy pendiente del teléfono hasta cuando voy a mear no sea que me llamen justo en ese momento.

Evidentemente no me llaman. Parece que sólo ha sido otra táctica para mantenerme como cliente Jazztel. Equivocada claro, porque esto hace que todavía vea más claramente que me tengo que dar de baja. Así que después de cinco días inicio de nuevo el proceso de baja. Esta vez ya no me molestaré en explicarles nada; simplemente les ordenaré que procedan con mi baja de todos los productos que tengo contratados con ellos. Cuando consigo llegar de nuevo a otro trabajador de Departamento de Fidelización y le expreso mi voluntad de darme de baja casualmente el teléfono se corta. Grito un improperio para mi mismo y vuelvo a llamar. Llego a otra persona del mismo departamento y le ruego que intente que no se le corte la comunicación y que no se olvide de darme de baja todos los productos que tengo. Al final lo consigo. Poco después contactan conmigo vía SMS para que contacte a un número gratuito si quiero revocar mi baja. Pues va a ser que no.

Ahora solo espero poder reunir la fuerza suficiente, después de unos cuantos meses agotadores, para denunciar el tema ante el Ministerio e intentar que me devuelvan el dinero que me han estado estafando estos meses.

viernes, 24 de febrero de 2012

Sr. Manuel


Se llama Sr. Manuel pero se podría llamar Sr. Pepito, Sr. X o Sr. Carrasco. La cuestión es que de tanto en tanto te encuentras uno y sólo tienes dos opciones: o te cabreas como un mono o disfrutas con él.

La situación era tal: acudo a una farmacia; está a reventar tanto que la cola llega a la puerta que al ser automática se va abriendo y cerrando sin parar porque detecta a la gente cerca. Una de las dependientas de la farmacia, con un cabreo controlado que se nota a leguas, no para de indicar a la gente de la cola que se mueva hacia delante para que la puerta se cierre. En la cola, a punto de tocarle turno, se encuentra el Sr. Manuel: persona mayor. Sin más datos de momento. Pues cuando llega su turno cae justamente en la dependienta del cabreo. El Sr. Manuel muestra un papel de un producto que no le ha llegado o algo así y explica la historia a la farmacéutica. Ésta, profesional como es, le indica de primeras que lo va a solucionar y que mañana le llama, que le de un teléfono de contacto. El Sr. Manuel tarda un rato en encontrar el papel donde tiene apuntado el teléfono ya que parece que no se lo sabe de memoria. Mientras lo busca le vuelve a contar la historia y la farmacéutica a repetir que lo llama mañana. Encuentra el teléfono, ella lo apunta y él le vuelve a contar la historia. Ella le vuelve a contestar lo mismo. Dios mío, han entrado en un ciclo.

Desde la cola, cansados de estar de pie esperando sólo te quedan dos opciones como decía anteriormente. O te vas hacia el Sr. Manuel a decirle que es un pesado, que se vaya ya que la farmacéutica ya se han enterado o te dedicas a observar a ambos con admiración: a él por pesado y a ella por conseguir controlar su ira. Esta última fue mi opción.

Al final el Sr. Manuel se va, me atienden, me voy yo también y cuando estoy en la esquina de la manzana de la farmacia me cruzo con el Sr. Manuel digamos camino dirección de la farmacia. Caben dos opciones: o está haciendo recadillos varios o vuelve a la farmacia. ¿A qué os podéis imaginar la opción correcta?

martes, 21 de febrero de 2012

La Pitanza


La Pitanza es un restaurante de Valencia situado en la calle Quart especializado en arroces. Llegué a él a través de la página web verema.com donde salía bien puntuado. Hicimos reserva previamente para asegurarnos la mesa porque nuestro objetivo era probar el Arrós amb fresols i naps, que es la especialidad de la casa.

Pues esa fue, precisamente, la primera decepción. Nos trajeron la carta normal y el menú del día. En el menú del día no estaba ese arroz (aunque sí otros) y además había una nota que indicaba que cada día tienen un arroz disponible y que los otros se deben pedir con antelación. Esto quiere decir que nos quedamos sin el arroz que queríamos. El del día que finalmente pedimos estaba bueno (de secreto y habas) pero creo que no hubiera costado nada indicarnos por teléfono o en su web el hecho que acabo de comentar con el objetivo de que los comensales sepan a qué atenerse y pedir en consonancia a sus gustos o deseos. El problema se acrecentó porque el maitre empezó a indicarnos que un buen arroz necesita varias horas de elaboración pero dando a entender que dónde vais ahora pidiendo un arroz que no estaba previsto. Este asunto ya nos puso de mal rollo.

Cuando estábamos pidiendo acabamos por las bebidas que, en esta ocasión, fue agua ya que yo me estaba medicando con antiinflamatorios y a mi pareja no le apetecía abrir una botella para beberse sólo una copa. Pues en ese momento, justo cuando retiraba las copas de vino, salió la palabra categoría de su boca. Nos quedamos mudos, tanto, que no supimos reaccionar. Eso nos acabó de darnos la comida porque estábamos todo el rato pensando si nos había insultado o no y por no ser capaces de contraatacar en el momento.

Esto fue la gota que ya hizo que, irremediablemente, no disfrutáramos de la comida a pesar de que la comida estaba bastante bien. Ya lo dicen, no solo el producto es importante sino también el servicio. En este caso el servicio era asqueroso para los no habituales y baboso para los asiduos. Lo más curioso era que iban como de sobrados cuando luego oíamos que venían algunos comensales con descuentos del 50% a través de una web de reservas en restaurantes, ofertas a las que nunca se adhiere un restaurante fino de verdad. Un buen restaurante:
  • No te intenta colar cosas como hicieron en La Pitanza con el vino, con el cual insistieron al traer el arroz (después de los tres entrantes de que constaba el menú), ni “cervecitas” mientras te vienen a tomar nota cuando el que tomaba la nota estaba justo detrás esperando ni cervezas de ¾ para compartir cuando alguno de la mesa dice que no quiere nada para beber en la espera inicial.
  • Tiene una luz que realmente ilumina en el lavabo.
  • No te quedas en la mano con el cerrojo del lavabo.
Así que menos soberbia cuando luego actúas como un miserable. Amigos del Pitanza, seguid así pero a mí no me volvéis a ver el pelo. Salimos de allí lo antes que pudimos, sin café ni nada.

lunes, 20 de febrero de 2012

La nueva cámara


El otro día estaba haciendo turismo por una ciudad española y me encontré con la siguiente imagen:



Efectivamente, se trata de una mujer haciendo fotos con su tableta. Puedo asegurar que no fue una foto puntual porque me la crucé varias veces por la ciudad y le vi varias veces hacer el mismo gesto.

Cuando hablamos del uso que deben tener las nuevas tecnologías, ¿hablamos de esto? Personalmente lo encuentro fuera de lugar por varios motivos. Para empezar es tremendamente inseguro ya que el manejo de la tableta para situarla en la posición correcta para hacer la foto implica un alto riesgo de caída por las malas posturas y por no llevar cinta para atarla a la muñeca o cuello como sí llevan las cámaras fotográficas. No me quiero imaginar a esta chica en las acrobáticas posturas a las que a veces nos obligan algunas fotos. Tampoco podrías hacer fotos con autodisparo porque aunque tuviera la función, que no lo sé, no sabrías donde apoyarla ya que una de las características básicas de las tabletas es que sean finas (y de poco peso para ser transportables). Eso sí, la pantalla para visualizar lo que estás fotografiando es cojonuda.

En fin, hay gente para todo.

viernes, 17 de febrero de 2012

Barco Farmacéutico


El sábado 11 de febrero se celebró la jornada de recogida de fármacos que organiza el Banco Farmacéutico. Se trata, en resumen, de que haya un par de voluntarios por farmacia (si puede ser) para dar información de cómo funciona la jornada, que es: la persona que quiere colaborar compra un medicamento, a precio normal, de los detallados en una lista confeccionada por el farmacéutico y que se basa, a su vez, en una lista creada por la organización de fármacos (por ejemplo, analgésicos). El usuario compra y luego lo deposita en una caja especial que hay al lado de los voluntarios que informan. Todos esos fármacos son recogidos en la misma farmacia y en un plazo de 15 días por la ONG escogida por la organización.

Me parecía una propuesta interesante y acudí a la jornada previa informativa. A partir de ahí se desencadenaron toda una serie de preguntas y respuestas que me hacen dudar mucho de la beneficencia de la acción:

  1. a la pregunta de a qué ONGs van destinados los medicamentos en la ciudad de Sabadell me indican que los escogidos son Cruz Roja y Cáritas. Vaya casualidad, seguramente las dos ONGs más grandes de España. Cuando insisto en esto, me relatan una serie de razones entre las que, la única que me convence, se encuentra el hecho de que buscan organizaciones que dispongan de profesionales médicos que puedan hacer una buena distribución de los medicamentos. En fin, supongo que debe haber más que estas dos, pero aceptamos pulpo como animal de compañía.

  1. A la pregunta de qué hacía el farmacéutico con el beneficio obtenido de vender medicamentos de más que en ningún caso hubiera vendido sin la jornada me responden que el farmacéutico no tiene ninguna obligación de hacer nada. En todo caso, el reporte final tiene una casilla para hacer donaciones en metálico en caso de que quiera colaborar.

  1. A la pregunta de qué hacía el Banco Farmacéutico con las donaciones que recibía de los farmacéuticos me responden que es dinero que se queda íntegramente la organización. El problema es que no detallan cuánto dinero necesitan para llevar a cabo la jornada (petos, folletos informativos, cuentas de correo, publicidad, etc.) así que en caso de que hubiera superávit (diferencia entre donaciones y gastos) no iba destinado a ninguna ONG.
Así que, sintiéndolo mucho, me vi obligado a renunciar a mi participación como voluntario porque tenía una gran sensación de que además de regalar mi tiempo a gente necesitada, también lo estaba dedicando al beneficio de un farmacéutico y de una organización que según indica su web no tiene ánimo de lucro.

Los datos publicados a posteriori por la organización dicen que participaron 223 farmacias y 400 voluntarios. Según sus pretensiones, hubieran necesitado 446 voluntarios así que se quedaron un poco cortos. No me extraña porque muchos se habrán sentido estafados como me sentí yo. Animo al Banco Farmacéutico a que revise sus políticas de ejecución para dicha jornada con el objetivo de poder contar con más voluntarios y que mucha más ayuda pueda llegar a la gente realmente necesitada.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Más telebasura


Parece que la telebasura no tiene fin en este país. El lunes enganché, haciendo zapping, un programa en Cuatro llamado ¿Quién quiere casarse con mi hijo? cuya principal misión es encontrar entre vari@s candidat@s una pareja, supuestamente estable dado el título del programa, para un concursante. El concursante debe tener en cuenta la opinión de la madre, que es parte activa del programa. Los pretendientes en este caso son todos chicos así que las candidatas son todas chicas excepto en un caso de chico gay. Se cuentan a la vez la historia de varios candidatos para hacer más ameno el programa. En resumen es como “Granjero busca esposa” o como se llamara, pero un poquito más a saco.

Había pretendientes, aparentemente, de todo tipo: heterosexuales, gays (bien, sólo uno), aristócratas, plebeyos, guapos, menos guapos, cachas, menos cachas. Las profesiones de algunos eran curiosas: uno es químico y stripper y otro es abogado y cantante lírico.

Precisamente el químico/stripper era brutal. Explicaré la situación para que se entienda: el programa ofrece momentos de intimidad para que el concursante conozca a las candidatas (generalizo con las chicas porque son más numerosas) y además están en una fase donde las candidatas duermen en casa de los buscadores. Pues el químico/stripper, como decía, ha preparado una habitación al lado de la suya donde dormirá cada noche una chica sola mientras las otras tres comparten otra habitación. De esta manera, en el mismo día, pasó la tarde con una chica y la noche con otra. Pues sí, efectivamente, lo que estáis pensando: se enrolló con las dos.

Algunas de las frases que nos dejan son también para la historia. Ahora mismo recuerdo dos de la madre del aristócrata. La primera: “Sadam Husein era una bellísima persona”. Supongo que lo dice porque ella no fue víctima del genocidio turco que llevó a cabo. La segunda, sobre la pareja de su hijo: “la quiero religiosa, del PP y del Real Madrid”. Si Franco viviera diría exactamente lo mismo. Ah, y otra del químico/stripper, mientras estaba en la cama con una de las chicas después de haberse enrollado con otra por la tarde: “Es que yo soy muy de cama, ¿sabes?”.

Lo que me tiene más preocupado es la cantidad de programas basura que tenemos y, por tanto, la cantidad de personas que se ofrecen a protagonizarlos. Así, a bote pronto, se me ocurren Gran Hermano (que llevamos 13 ediciones), Granjero busca …, Mujeres y hombres y viceversa, lo de las islas, lo de los viajes al quinto pino con otra persona, etc. En fin, muchísimos. Digamos que el mío es un perfil totalmente contrario a la gente que va a esos programas, así que solo me quedan dos planteamientos posibles: ¿realmente este país está lleno de tontos o los protagonistas son profesionales que cobran? Espero que sea la segunda.

miércoles, 8 de febrero de 2012

El infierno de Contador


El infierno que Alberto Contador está sufriendo ha soltado su última llamarada: sanción de 2 años a contar desde el día del supuesto positivo (a partir de ahora día D). 500 y pico días después del hecho le sancionan a 730 días sin poder disputar pruebas. Todos los esfuerzos realizados el año pasado a la mierda. Le despojan de todas sus victorias desde el día D, incluso de aquellas en las que no dio positivo.

Desde que comenzó sus andaduras por el Tour en el 2005 hasta este año se han disputado 8 ediciones (contando la del 2012 que está por celebrarse). Pues bien, éste es su historial tras la sanción:
  • 5 disputados 
    • 3 disputados con resultado final (2005-31º, 2007-1º, 2009-1º)
    • 2 disputados pero descalificado (2010 y 2011)
  • 3 que no le dejaron  disputar (2006 por la Operación Puerto donde no estuvo implicado, 2008 por la sanción al equipo Astaná que había sufrido dos casos de doping antes de que él llegara y 2012 por su propia sanción)
Es increíble: de ocho Tours sólo va a poder competir en tres. Además, recordemos que el del 2009 lo ganó a pesar de Lance Armstrong y Johan Bruyneel, que hicieron todo lo posible aun estando en el mismo equipo porque no lo ganara. Menuda carrera llana de obstáculos.

Una de las grandes preguntas que ha envuelto a Alberto estos días era si iba a abandonar el ciclismo en base a unas declaraciones suyas en las que comentó que lo meditaría seriamente si finalmente le sancionaban. Ayer en la rueda de prensa dejó claro que no pero, desde mi punto de vista, no se si es la decisión acertada. Digamos que yo no veo claro que vaya a demostrar ya nada. Para mi ya es un gran campeón, limpio, capaz de ganar en febrero, mayo y julio o septiembre. No necesito saber que seguirá ganando, porque ya lo sé. Retirándose dejaría ciertamente huérfano el ciclismo de un gran campeón, el último gran campeón que ha dado espectáculo real.

Si quiere seguir corriendo he leído por ahí un consejo de que corra para destrozar las pruebas. No sería mala idea. Tiene la capacidad de destrozar el pelotón en cualquier puerto, de eliminar las tácticas de equipo que los directores hayan podido pensar. Correr para joder las pruebas y el poder establecido que tanto daño está haciendo a los ciclistas.

Y lo que hace falta de verdad es un poquito de unión entre los ciclistas. Es lamentable todo lo que tragan. El único deporte y colectivo donde tienes que demostrar tu inocencia, el único deporte y colectivo al que sancionan sin demostrar la culpabilidad, con años de controles matutinos y controles sorpresas (ahora se hacen en más deportes, pero desde hace mucho menos tiempo). Se me ocurre una buena acción: que nadie corra (o si me apuráis los 30 primeros de la clasificación UCI) hasta que Alberto no pueda correr. Ya me dirán qué es un Tour sin Cadel Evans, hermanos Schleck, Ivan Basso, Vicenzo Nibali, Joaquim Rodríguez, Bradley Wiggins y unos pocos más. Que corran el resto si les da la gana. No creo que sea una medida tan descabellada: los buenos encontrarán equipo seguro en caso de tener algún problema y además con sus millonarios contratos pueden mantener unos meses a los menos buenos y así todos dejarían de correr.

viernes, 3 de febrero de 2012

Nieve vs trabajo


Ayer se esperaba nieve en Barcelona y alrededores, que es por donde residen las sedes de la empresa en la que presto mis servicios. En algunas de estas poblaciones nevó pero no cuajó. Pero lo que es cierto es que desde el día de antes todos estábamos tomando medidas para la posible nevada y para evitar el desastre de hace ahora 2 años cuando se produjo la última.

Para empezar la gente que pudo (ya que no todos tienen el nivel ni la posibilidad de elegir) se arregló las agendas para ir a trabajar al centro que pillaba más cerca de casa: se cancelaron reuniones y se crearon nuevas si hizo falta. También se variaron nuestros métodos habituales: por ejemplo algunos no cogieron el coche y otros vinieron con vestimenta casual con el objetivo de no calzar zapatos de vestir que dificultan (más si cabe) el caminar por la nieve. De esta manera, si al salir del trabajo había que caminar, se podía hacer un poco más cómodamente.

Una vez estabas en el trabajo ocurrieron dos cosas anormales: la primera es que todo el mundo estaba deseoso de irse a casa. A mi esto me pasa todos los días del año, pero hay gente que ayer tenía el trigger más disparado que otros días. El segundo tema es que había menos trabajo y todo estaba más tranquilo: casi no hubo llamadas ni pollos y el jefe no lo tenías encima porque no estaba en la misma sede que tú (porque él sí puede elegir).

Al final no nevó. Pero bueno, fue un día diferente y eso ya está bien.