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lunes, 12 de marzo de 2012

Gran Bolinches


En los últimos meses, a raíz de una entrevista que leí en La Vanguardia, he leído un par de libros del psicólogo Antoni Bolinches. Concretamente se tratan de Sexo sabio y Amor al segundo intento.

El primero trata sobre cómo conseguir una sexualidad que satisfaga a ambas partes de la pareja intentando superar la monotonía provocada por los años de convivencia. Y el segundo habla en general sobre las relaciones de pareja enfocado al hecho de cómo acertar en la elección y cómo hacer que perdure de forma positiva, un poco mirado desde el punto de vista de quién ya ha sufrido algún fracaso sentimental pero que puede servir perfectamente de guía a cualquiera.

Estos libros están escritos en base a los casos que ha tratado en su consulta; expone todos los temas con una claridad apabullante y es imposible que no te sientas reflejado en alguno de los pensamientos que transmite o de los perfiles que describe. Lo cual quiere decir que son útiles, porque al verte reflejado siempre hay algún consejo de actuación que puedes seguir. Definitivamente os recomiendo su lectura.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Más telebasura


Parece que la telebasura no tiene fin en este país. El lunes enganché, haciendo zapping, un programa en Cuatro llamado ¿Quién quiere casarse con mi hijo? cuya principal misión es encontrar entre vari@s candidat@s una pareja, supuestamente estable dado el título del programa, para un concursante. El concursante debe tener en cuenta la opinión de la madre, que es parte activa del programa. Los pretendientes en este caso son todos chicos así que las candidatas son todas chicas excepto en un caso de chico gay. Se cuentan a la vez la historia de varios candidatos para hacer más ameno el programa. En resumen es como “Granjero busca esposa” o como se llamara, pero un poquito más a saco.

Había pretendientes, aparentemente, de todo tipo: heterosexuales, gays (bien, sólo uno), aristócratas, plebeyos, guapos, menos guapos, cachas, menos cachas. Las profesiones de algunos eran curiosas: uno es químico y stripper y otro es abogado y cantante lírico.

Precisamente el químico/stripper era brutal. Explicaré la situación para que se entienda: el programa ofrece momentos de intimidad para que el concursante conozca a las candidatas (generalizo con las chicas porque son más numerosas) y además están en una fase donde las candidatas duermen en casa de los buscadores. Pues el químico/stripper, como decía, ha preparado una habitación al lado de la suya donde dormirá cada noche una chica sola mientras las otras tres comparten otra habitación. De esta manera, en el mismo día, pasó la tarde con una chica y la noche con otra. Pues sí, efectivamente, lo que estáis pensando: se enrolló con las dos.

Algunas de las frases que nos dejan son también para la historia. Ahora mismo recuerdo dos de la madre del aristócrata. La primera: “Sadam Husein era una bellísima persona”. Supongo que lo dice porque ella no fue víctima del genocidio turco que llevó a cabo. La segunda, sobre la pareja de su hijo: “la quiero religiosa, del PP y del Real Madrid”. Si Franco viviera diría exactamente lo mismo. Ah, y otra del químico/stripper, mientras estaba en la cama con una de las chicas después de haberse enrollado con otra por la tarde: “Es que yo soy muy de cama, ¿sabes?”.

Lo que me tiene más preocupado es la cantidad de programas basura que tenemos y, por tanto, la cantidad de personas que se ofrecen a protagonizarlos. Así, a bote pronto, se me ocurren Gran Hermano (que llevamos 13 ediciones), Granjero busca …, Mujeres y hombres y viceversa, lo de las islas, lo de los viajes al quinto pino con otra persona, etc. En fin, muchísimos. Digamos que el mío es un perfil totalmente contrario a la gente que va a esos programas, así que solo me quedan dos planteamientos posibles: ¿realmente este país está lleno de tontos o los protagonistas son profesionales que cobran? Espero que sea la segunda.