Parece que la telebasura no tiene fin en este país. El lunes
enganché, haciendo zapping, un programa en Cuatro llamado ¿Quién quiere casarse con mi hijo? cuya principal misión es
encontrar entre vari@s candidat@s una pareja, supuestamente estable dado el
título del programa, para un concursante. El concursante debe tener en cuenta
la opinión de la madre, que es parte activa del programa. Los pretendientes en
este caso son todos chicos así que las candidatas son todas chicas excepto en
un caso de chico gay. Se cuentan a la vez la historia de varios candidatos para
hacer más ameno el programa. En resumen es como “Granjero busca esposa” o como se llamara, pero un poquito más a
saco.
Había pretendientes, aparentemente, de todo tipo: heterosexuales,
gays (bien, sólo uno), aristócratas, plebeyos, guapos, menos guapos, cachas,
menos cachas. Las profesiones de algunos eran curiosas: uno es químico y
stripper y otro es abogado y cantante lírico.
Precisamente el químico/stripper era brutal. Explicaré la
situación para que se entienda: el programa ofrece momentos de intimidad para
que el concursante conozca a las candidatas (generalizo con las chicas porque
son más numerosas) y además están en una fase donde las candidatas duermen en
casa de los buscadores. Pues el químico/stripper, como decía, ha preparado una
habitación al lado de la suya donde dormirá cada noche una chica sola mientras
las otras tres comparten otra habitación. De esta manera, en el mismo día, pasó
la tarde con una chica y la noche con otra. Pues sí, efectivamente, lo que
estáis pensando: se enrolló con las dos.
Algunas de las frases que nos dejan son también para la
historia. Ahora mismo recuerdo dos de la madre del aristócrata. La primera:
“Sadam Husein era una bellísima persona”. Supongo que lo dice porque ella no
fue víctima del genocidio turco que llevó a cabo. La segunda, sobre la pareja
de su hijo: “la quiero religiosa, del PP y del Real Madrid”. Si Franco viviera
diría exactamente lo mismo. Ah, y otra del químico/stripper, mientras estaba en
la cama con una de las chicas después de haberse enrollado con otra por la
tarde: “Es que yo soy muy de cama, ¿sabes?”.
Lo que me tiene más preocupado es la cantidad de programas basura que tenemos y, por tanto, la
cantidad de personas que se ofrecen a protagonizarlos. Así, a bote pronto, se
me ocurren Gran Hermano (que llevamos 13 ediciones), Granjero busca …, Mujeres
y hombres y viceversa, lo de las islas, lo de los viajes al quinto pino con
otra persona, etc. En fin, muchísimos. Digamos que el mío es un perfil
totalmente contrario a la gente que va a esos programas, así que solo me quedan
dos planteamientos posibles: ¿realmente este país está lleno de tontos o los
protagonistas son profesionales que cobran? Espero que sea la segunda.
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