Ya éramos conscientes de la poca
utilidad de la democracia en Europa, lugar del mundo donde quizás exista la
mayor cultura democrática. A nivel general servía para unas cuantas leyes
locales y sociales que nos dan para mucha conversación pero poco provecho. No
digo que no sean importantes; lo que digo es que no tienen un gran efecto en
nuestra forma/calidad de vida o afectan a una minoría. Algunos ejemplos son si
dejamos fumar o no en bares y restaurantes, si permitimos los matrimonios de
gays y lesbianas, etc.
Pero estos días los mercados se están encargando de
dejar las cosas claras. En Italia por ejemplo no sólo han eliminado de un
plumazo al presidente que había sino que además han puesto un presidente a
dedo. Son dos actos graves, pero el segundo es terrible. Lo mismo ha pasado en
Grecia con Papademos. Y ya veremos si no pasa en España también porque mucho me
temo que el cambio sólo se va a quedar en electoral.
Se nos está diciendo que ya no
vamos a poder elegir a nuestros dirigentes y que por nosotros lo van a hacer unos
señores que: (a) no viven en nuestro país, y (b) controlan la economía mundial.
¿Y a quién ponen? Pues echemos un ojo al curriculum de Mario Monti: bla, bla, bla, bla, Monti fue también asesor
de The Coca-Cola Company y de Goldman Sachs,
durante el período en que esta compañía ayudó a ocultar el déficit del gobierno
griego de Kostas Karamanlis. Ohhh, qué grande.
Para quien no lo sepa, Gondman Sachs es uno de los grupos de inversión más
grandes del mundo, es decir, los mercados.
Olé, hemos cerrado el círculo.
Al menos ahora ya se nos ha
dejado claro que no vivimos en democracia porque una democracia es cuando votas
por alguien que tiene el poder de verdad. Y este no es el caso de los gobiernos
actuales. Bienvenidos a las nuevas dictaduras.
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