Ya ha finalizado la primera fase
de la Champions de esta temporada. Este año han habido dos sorpresas, sobre
todo una mayúscula: la eliminación del Manchester United, actual subcampeón de
Europa. Otro equipo importante que ha caído eliminado es el Manchester City,
aunque en este caso es un equipo con poca experiencia en Champions y, por
tanto, no tan sorpresa. En Manchester están que lo tiran. Barça y Madrid, sobre
todo este último, han arrasado en sus respectivos grupos.
Esta primera fase es bastante
penosa. El último partido del Barça fue contra un equipo bielorruso llamado FC
Bate Borisov. En el Barcelona jugaron (entre titulares y cambios) nueve chicos
del filial y aún así ganaron 4-0. Pero ¿qué es esto? ¿El patio del colegio o la
Champions? Estos chicos son los mismos que van doceavos en segunda división así
que, si el Bate Borisov jugase en España ¿en qué categoría lo haría?
Y como éste podemos encontrar
muchos más equipos: Trabzonspor, FC Oţelul Galaţi, KRC Genk, FC Viktoria Plzeň,
etc. A estos les sigue otro grupo de equipos con más nombre pero igual éxito: FC
Shakhtar Donetsk, AFC Ajax, LOSC Lille Métropole, etc. Una de las razones que
se esgrime para que juegue este tipo de equipos es dar la posibilidad a que
crezcan y puedan llegar al nivel de los de siempre. Pero esto es mentira porque
los presupuestos están a años luz del Madrid, Barça, Manchester United, etc.
¿Cuántas veces hemos visto un Bate Borisov
en la final de Champions? ¿Cuántas veces hemos visto una Andorra en la
final de un campeonato de Europa?
Como casi siempre, el único
objetivo es tener más partidos y, por tanto, obtener más dinero. Y mientras
construimos una competición que en vez de ser prestigiosa es aburrida.
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