viernes, 20 de enero de 2012

Diario, libro, tableta y reproductor MP3

Los transportes públicos dan para mucho: observar a la gente, ver lo que hacen, en qué se entretienen, las caras y demás es todo un mundo. Hoy he coincidido en el mismo bloque de asientos con una persona altamente interesante. Llevaba los siguientes objetos, de abajo a arriba, sobre sus piernas: un diario, un libro, una tableta y un reproductor MP3.

En los 25 minutos que compartimos tren le vi utilizar la tableta un rato (creo que estaba haciendo un crucigrama; no os penséis que me fijé tanto, es simplemente que se veía porque el crucigrama ocupaba toda la pantalla) y el reproductor MP3 durante todo el rato a través de unos cascos. El libro y el diario no los utilizó. Quizá los guardaba para luego ya que yo me bajé antes.

Se me ocurren varios problemas de llevar tanto gadget. El primero es el peso que debes acarrear. Si tienes tableta, ¿no se supone que te ahorrabas el libro? ¿Si llevas libro, no te puedes ahorrar el diario? ¿En la tableta no puedes llevar la música? También cabe destacar lo atento que debes estar a las baterías de todos los gadgets tecnológicos que llevas encima. En este caso estamos hablando del reproductor MP3 y de la tableta y, aunque no lo vi, seguramente del móvil. Porque no creo que ese hombre fuera sin móvil.

Me gustaría ponerle nombre a esta sub-especie humana; se me ocurren un par, elegid el que más os guste: gadgetoman/gadgetowoman u homo-apparatus.

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