Hoy he recibido una publicidad de
una conocida empresa de servicios de marketing y fidelización en la que me
ofrecían trillones de puntos por comprar o consumir ciertos productos. Había
gasolineras, dentistas, bancos, etc.
Lo primero que molesta es el
enorme tarjetero que te ves obligado a tener ya que cada una de ellas te dará
una tarjeta que deberás llevar siempre encima, porque cualquiera se acuerda de
cogerla cuando vas a consumir el producto concreto de la tarjeta X. Esto quiere
decir que llevas siempre encima una cantidad ingente de tarjetas que usas
esporádicamente. Además a esas hay que sumarle las típicas: carné de conducir,
tarjeta sanitaria, tarjeta de transporte, etc.
La gran trampa es el tipo de
servicio que tienes que consumir para acceder a los puntos. En la publicidad
recibida había productos habituales como gasolina ... y ya está. El resto eran
productos que, al menos para mí, no son nada habituales: alquiler de coche,
ocupación de hotel y dentistas. También había productos bancarios, aunque estos
normalmente ya tienen sus propios productos de fidelización.
Y la gran trampa es, sin lugar a
dudas, la gran cantidad de puntos que necesitas para comprar un vaso.
Hombreeeeee, que un vaso me vale 2 euros y si estoy apurado lo compro en ese
gigantesco almacén amarillo sueco por 0,5€. ¿Tengo que gastarme previamente
3.000 euros en gasolina para un vaso de 2 euros? Me parece que la cosa no está
muy equilibrada y que de esta forma a mí no me fidelizarán.
Sólo conozco unos puntos que sí son
buenos bajo ciertas circunstancias y son los puntos que se obtienen de los
vuelos ya que hay mucha gente que se ve obligada a desplazarse con avión por
trabajo de manera habitual. Estos puntos, además, modificaron su normativa hace
unos años para que el beneficiado fuera la persona que volaba y no la empresa.
Así la persona que vuele mucho podrá optar a otros vuelos (y otros productos
también) gratuitamente o a un precio reducido.
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