El sábado 11 de febrero se celebró la jornada de recogida de
fármacos que organiza el Banco Farmacéutico. Se trata, en resumen, de que haya
un par de voluntarios por farmacia (si puede ser) para dar información de cómo
funciona la jornada, que es: la persona que quiere colaborar compra un
medicamento, a precio normal, de los detallados en una lista confeccionada por
el farmacéutico y que se basa, a su vez, en una lista creada por la
organización de fármacos (por ejemplo, analgésicos). El usuario compra y luego
lo deposita en una caja especial que hay al lado de los voluntarios que
informan. Todos esos fármacos son recogidos en la misma farmacia y en un plazo
de 15 días por la ONG escogida por la organización.
Me parecía una propuesta interesante y acudí a la jornada
previa informativa. A partir de ahí se desencadenaron toda una serie de
preguntas y respuestas que me hacen dudar mucho de la beneficencia de la
acción:
- a la pregunta de a qué ONGs van destinados los medicamentos en la ciudad de Sabadell me indican que los escogidos son Cruz Roja y Cáritas. Vaya casualidad, seguramente las dos ONGs más grandes de España. Cuando insisto en esto, me relatan una serie de razones entre las que, la única que me convence, se encuentra el hecho de que buscan organizaciones que dispongan de profesionales médicos que puedan hacer una buena distribución de los medicamentos. En fin, supongo que debe haber más que estas dos, pero aceptamos pulpo como animal de compañía.
- A la pregunta de qué hacía el farmacéutico con el beneficio obtenido de vender medicamentos de más que en ningún caso hubiera vendido sin la jornada me responden que el farmacéutico no tiene ninguna obligación de hacer nada. En todo caso, el reporte final tiene una casilla para hacer donaciones en metálico en caso de que quiera colaborar.
- A la pregunta de qué hacía el Banco Farmacéutico con las donaciones que recibía de los farmacéuticos me responden que es dinero que se queda íntegramente la organización. El problema es que no detallan cuánto dinero necesitan para llevar a cabo la jornada (petos, folletos informativos, cuentas de correo, publicidad, etc.) así que en caso de que hubiera superávit (diferencia entre donaciones y gastos) no iba destinado a ninguna ONG.
Así que, sintiéndolo mucho, me vi obligado a renunciar a mi
participación como voluntario porque tenía una gran sensación de que además de
regalar mi tiempo a gente necesitada, también lo estaba dedicando al beneficio
de un farmacéutico y de una organización que según indica su web no tiene ánimo
de lucro.
Los datos publicados a posteriori por la organización dicen
que participaron 223 farmacias y 400 voluntarios. Según sus pretensiones,
hubieran necesitado 446 voluntarios así que se quedaron un poco cortos. No me
extraña porque muchos se habrán sentido estafados como me sentí yo. Animo al
Banco Farmacéutico a que revise sus políticas de ejecución para dicha jornada
con el objetivo de poder contar con más voluntarios y que mucha más ayuda pueda
llegar a la gente realmente necesitada.
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